viernes, 25 de septiembre de 2009

LOS CUATRO ELEMENTOS

LOS CUATRO ELEMENTOS

Y

LOS TATTWAS



Thelarbus

Resulta curioso el hecho de que siempre se habla de cuatro elementos y, en realidad, se opere mágicamente con cinco, resultando ser el Espíritu la raíz de la emanación de los otros cuatro.

Por razones de espacio y de tiempo, no puedo extenderme considerablemente sobre este tema, ya que el mismo, nos ocuparía varias páginas. De todas formas, la propia investigación del estudiante en otros terrenos y en otras ramas de la filosofía, le harán comprender más ampliamente el tema que nos ocupa.

Fuego, Aire, Agua y Tierra son los cuatro elementos con los que trabaja la filosofía iniciática. El concepto oriental de Tattwa (vibración del Éter), parece que se encuentra en la raíz misma del origen de los propios elementos. Los Tattwas vitalizan la sustancia astral del planeta, emanando, en forma de corriente vital, del propio Prana. Es decir, los Tattwas son las corrientes de la Luz Astral.

El primer Tattwa que emana es Akash (Éter - Espíritu-), su símbolo es un ovoide (cuyya curva más pequeña está dibujada hacia abajo ) de color negro. El segundo Tattwa es Vayú (el aire) cuyo símbolo es un círculo de color azul. El tercero es Tejas (Fuego), cuyo símbolo es un triángulo Rojo (Fuego). El cuarto es Apas, su símbolo es un creciente plateado (Agua), y el último es Prithvi (Tierra), cuyo símbolo es un cuadrado amarillo. Estos símbolos, pueden ser utilizados como ventanas astrales para investigar dentro de cada elemento.

La Antigua Orden de la Aurora Dorada (G.D.), atribuía cada uno de los Elementos a cada una de las puntas del Pentagrama, pudiéndose, de esa forma, utilizar prácticamente por el Mago. De todas formas, aclaro que es el sistema de la G .D. y de todas las sucesoras de ella, aunque hay otras Ordenes basadas en distintas tradiciones Mágicas cuyas atribuciones y simbolismos varían, pero todas son igualmente válidas.

En estas Tablas, situamos toda la simbología técnica y operativa, ritualísticamente hablando, relacionada con los cuatro elementos. Obviamente, es bastante simple si investigamos un poco más profundamente, pero para una aproximación básica es suficiente.





En la Tradición Occidental de la G.D., las atribuciones elementales a las puntas del Pentagrama, presenta una simbología peculiar a la punta atribuida al AGUA. Su Sigilo es la Cabeza de Águila. Podríamos pensar que es más adecuada para representar al elemento AIRE. Aire y Agua, tenían dentro de la operativa mágica, ciertos aspectos intercambiables, quizás eso es lo que se pretendía al adoptar el símbolo de la 'Cabeza de Águila', de todas formas, sus características volátiles y acuosas quedan registradas en su definición como: EL AGUILA ALQUÍMICA DE LA DESTILACION.

Con respecto al Espíritu, los Frateres y Sorores de la G.D., utilizaban el símbolo de la RUEDA ESPIRITUAL, aunque posteriormente, algunos Magos lo sustituyeron por la letra hebrea Shin o por otros peculiares de sus propios Sistemas.

El tema de los Tattwas, también es ampliamente estudiado e investigado en el Sistema Mágico Occidental. Su primera utilización era para realizar las primeras experiencias de clarividencia. Como en la naturaleza no suelen encontrarse los Elemento en estado puro, sino mezclados con otros, en la Tradición Mágica Occidental suelen investigarse en sus diversos estados de sustancia. Los estudiantes deben construirse sus propias Cartas Tattwas y utilizarlas dentro dentro de sus propios elementos.

El Tattwa primario se construiría de dos a dos y media pulgada de longitud. Se recomienda el uso de papel de colores mejor que pintarlos, aunque los esmaltes también dan buenos resultados. Un Subtattwa se fabrica pegando sobre el símbolo principal el símbolo más pequeño de la carga o subelemento.

La forma de utilizar estos símbolos en la clarividencia es bastante simple: por ejemplo, imaginamos que vamos a trabajar con Prithvi puro, es decir, el cuadrado amarillo -Tierra-.

Sentados y relajados, tomemos el símbolo del cuadrado amarillo. Sujetándolo con la mano a una distancia idónea, mirémoslo fijamente durante 20 ó 30 segundos. Cuando parezca que el cuadrado comienza a salirse del papel, fijemos la vista en una superficie blanca, como una pared, el techo o una hoja en blanco. Por una acción óptica, se verá la misma forma pero en el color directamente complementario. En este caso, de un color azul-lavanda luminoso o malva pálido.

Tal y como el experimentador vea este cuadrado malva, debe cerrar los ojos y esforzarse por verlo o visualizarlo con la imaginación delante de él. Una vez percibido claramente con el ojo de la mente, que el estudiante lo aumente de tamaño, y lo haga lo suficientemente grande como para pasar a través de el. Lo siguiente es imaginar que se está pasando a través de él como si de una puerta se tratase. Los miembros de la Tradición Occidental, al llegar a este punto, utilizaban el signo ritual de Horus, conocido como el Signo de "El Que Entra" que es el de buscar la Luz. El Signo de 'El que Entra' consiste en dar un paso hacia adelante con el pie izquierdo, al mismo tiempo que se dirigen los brazos hacia adelante. Se trata de un "signo de proyección" y el efecto debe ser como haberse proyectado a través de esta puerta o pasaje. Posteriormente nos volvemos a sentar situándonos ya allí.

Ahora debemos hacer un esfuerzo por mirar alrededor nuestro, ver objetos, entidades o algún tipo de paisaje, aunque lo más importante es tener la fuerte sensación de estar dentro del elemento. Se deben "vibrar"' los Nombres Divinos relativos al elemento. Debe realizar esto varias veces, lenta y audiblemente. Así, vibraría primero Adonai Ha-Aretz tres o cuatro veces, luego Auriel y por fin Phorlakh (Forlakh). Normalmente, esto es suficiente. Debemos seguir vibrando los Nombres hasta ver o sentir que está presente uno de los Guías del elemento. Es muy conveniente que, antes de terminar, volvamos por el mismo camino que nos introdujimos en el elemento y salgamos por la misma puerta. Hay que mantener separados los dos mundos, sobre todo en nuestra mente.

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